El bueno, el malo y el feo

Muchas veces hablamos de vinos buenos y vinos malos, ¿pero a que nos referimos cuando decimos “este vino está bueno”? ¿Estamos haciendo referencia únicamente al placer que ese vino nos produce a la hora de beberlo o algo más? En el post de hoy vamos a hacer una diferenciación entre ese vino que nos brinda placer y a lo que desde un punto de vista técnico llamaríamos un vino bueno o correcto.

¿Qué quiere decir que algo nos guste?

Entre las definiciones de la palabra gusto en la RAE nos encontramos 2 de particular interés:

  • Placer o deleite que se experimenta con algún motivo, o se recibe de cualquier cosa.
  • Sabor que tienen las cosas.

Entonces aquí podríamos hacer una diferenciación entre 2 conceptos, uno más hedonista y otro que va ligado con uno de nuestros sentidos.

Cuando degustamos un vino no es un requerimiento poseer conocimiento técnico, ya que no estamos desarrollando una evaluación profesional ni tampoco estamos únicamente satisfaciendo una necesidad fisiológica, sino que estamos juzgando la información que nos brindan nuestros sentidos sobre el vino basándonos en nuestro juicio y preferencias, donde buscamos el sentimiento de placer o disgusto que nos puede brindar esta bebida.

Cuando hablamos del sabor que tienen las cosas nos estamos refiriendo a los 4 sabores básicos que percibimos gracias a nuestro sentido del gusto, estos son el ácido, dulce, amargo y salado (aunque también está el nuevo y controversial gusto conocido como umami que quiere decir sabroso en japonés).

¿Como juzgar la calidad de un vino?

El acto de juzgar la calidad de un vino implica objetividad por parte del crítico para poder evaluar el grado de calidad sin que se interpongan sus preferencias y gustos personales.

Los puntos clave a la hora de juzgar la calidad de un vino son:

El equilibrio o balance

Para mí la forma más fácil de explicar esto es con un par de gráficos, supongamos que en los siguientes gráficos están representadas algunas de las características que percibimos en un vino:

En el primero vemos que la presencia del alcohol y las sensaciones que este produce como el ardor o quemazón son muy elevadas comparadas con las demás al punto de llegar a taparlas. En este caso tendríamos un vino que carece de armonía, un vino que no posee balance no puede ser ni grande ni bueno, va a ser de una calidad inferior al que si lo tenga.

En el siguiente gráfico vemos que todas las características del vino se encuentran casi al mismo nivel, eso es lo que buscamos para decir que un vino es equilibrado, que no haya un ardor producido por el alcohol, ni una acidez agresiva o una fuerte astringencia que nos deje una sensación de “desnudez”

La armonía o elegancia

La armonía deriva de la concordancia entre la impresión olfativa y las sensaciones táctiles y aromáticas que percibimos en boca, además se podría decir que tanto la armonía y el equilibrio de un vino están altamente ligadas, no puede haber armonía si no hay balance y viceversa.

La complejidad

Mientras más partes tenga una máquina más compleja va a ser, con el vino sucede lo mismo, mientras mayor sea la presencia de diferentes familias aromáticas y sensaciones en boca, el vino va a aumentar su grado de complejidad, un gran vino destaca por tener mayor complejidad.

La persistencia

También conocido como “final de boca” es el tiempo que permanecen las sensaciones que produce el vino en nuestra boca una vez bebido, un “final de boca” largo es lo que se suele esperar de un vino de buena calidad.

La capacidad de envejecer

La calidad del vino también se ve reflejada en su capacidad de envejecimiento, un gran vino suele requerir tiempo para alcanzar todo su potencial y mostrar su personalidad, aunque esto no quita que haya vinos jóvenes de muy buena calidad.

Con esta información, podemos enfocarnos de una manera objetiva en los puntos clave a la hora de juzgar un vino y evaluar su calidad. Para concluir me gustaría comentar que, aunque nos encontremos con un vino de una excelente calidad en todo sentido, esto no quiere decir que tenga que ser de nuestro agrado o ser nuestra elección predilecta, al final, como dice la frase sobre gustos no hay nada escrito.

Suyay.

@su_yagi

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.